Los bosques españoles empiezan a controlarse con una precisión de
centímetros gracias a una tecnología de radar aérea, que permite distinguir y contabilizar uno a uno los árboles de un bosque.
La precisión de la herramienta permite no sólo una gestión correcta de
la masa forestal, sino cubicar la madera y conocer con exactitud el
dióxido de carbono (CO2) que retiene y que retendrá la biomasa que crece
en nuestros montes.
El Light Detection and Rangig (LIDAR) es un radar capaz de rastrear el bosque con una precisión de 20 centímetros en horizontal y 15 centímetros en altura.
Instalado en un avión, lanza 150.000 impulsos por segundo que peinan
una banda del territorio de 600 metros de ancho.
Los 150.000 impulsos de láser por segundo al chocar
contra los objetos rebotan y son detectados con el dato de su posición
GPS por esta herramienta de alta precisión, que en nuestro país ha
introducido la multinacional noruega Blom, con oficinas en 11 países
europeos. La flota de esta empresa es de 33 aeronaves y nueve sensores
LIDAR que trabajan en todo el planeta.
Recientemente, la Junta de Castilla y León ha adjudicado a Blom el
proyecto de inventario forestal más importante de los realizados hasta
la fecha en el sur de Europa. Gracias a LIDAR, recopilará la información
necesaria para una gestión sostenible de los bosques en la totalidad de
la comarca de pinares de la sierra de la Demanda-Urbión,
en Burgos, que comprende 40.129 hectáreas. Se trata de una de las masas
forestales públicas mejor gestionadas de nuestro país, formada
principalmente por pino silvestre, pero también por pino resinero, pino
laricio, sabina albar y roble melojo.
Otras Comunidades Autónomas están apostando también por esta
tecnología como instrumento para la modernizar la gestión de sus
territorios. Es el caso de la Junta de Andalucía, que han encargado dos
inventarios, en Huelva y Córdoba con 26.000 hectáreas, y recientemente
ha pedido otro en 33.000 hectáreas de Sierra Nevada.
Fuente: El Mundo Ciencia
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