En el desarrollo de las plantas de nuestro jardín es indispensable el agua, pero tanto un exceso como un defecto en su aporte puede acarrear graves consecuencias de las que a veces las plantas no pueden recuperarse.
Aquí vamos a indicaros consejos básicos para evitar este tipo de situaciones:
- Hay que regar por la mañana a primera hora o por la tarde a última hora, y evitar las horas de calor extremo, ya que la evaporación de agua es menor.
- El césped y el jardín requieren siempre mejor un riego en exceso pero es necesario evitar los encharcamientos. Es bueno tener un sistema de riego que nos permita un consumo de agua mínimo y tener nuestro jardín en buenas condiciones.
- En las plantas de interior es aconsejable regar con agua tibia, sólo cuando el cepellón este seco, no regar nunca a pleno sol y aumentando la cantidad en verano y disminuyéndola en la época de invierno.
- Cuando el tiempo está seco y soleado, las plantas y el jardín en general, necesitarán más aporte de agua, ya que la evaporación será mayor. Tras una época de sequía no se puede regar en exceso de forma repentina ya que puede provocar que las hojas, flores y frutos se arruguen y no prosperen.
- El agua dura y con exceso de cal no es recomendable de forma permanente para el riego de las plantas, ya que puede provocar que las raíces se pudran y las hojas se llenen de manchas.
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