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El pulgón es una de las plagas que podemos encontrar con más frecuencia en nuestras plantas, tanto en las de interior como en la de exteriores.
Su apariencia puede ser verde, amarillo, rojo, negro ..., atacan los tejidos tiernos de las plantas, los brotes nuevos y los capullos florales y chupa la savia, mediante una especie de pico que clavan en la planta, por lo que provoca daños que a veces suelen ser irreparables.
Entre las causas de su aparición suelen estar una subida de las temperaturas, la falta de nutrientes o un exceso de riego.
Ataca a muchas especies de plantas pero es muy común entre los rosales, los frutales, los chopos y las coníferas. En las huertas también es muy frecuente la aparición de los pulgones.
Suele aparecer en colonias y se multiplica a gran velocidad.
Las plantas pierden vigor, disminuyen su crecimiento y floración y las hojas y los nuevos brotes se deforman. Los pulgones son transmisores de enfermedades si invaden plantas sanas después de haber atacado plantas infectadas.
El primer síntoma de que tus plantas tiene pulgón es que las hojas estarán agujereadas o abarquilladas y, si las tocas, los dedos se quedarán pegados debido a una especie de melaza que deja a su paso.
A la hora de aplicar un tratamiento contra los pulgones se debe hacer según la época del año y siempre en pequeñas dosis. En invierno podemos aplicar un tratamiento preventivo, cuando creamos que hay riesgo de plagas. En primavera y verano aplicaremos un insecticida adecuado para este fin o si la plaga no es muy grande podremos aplicar un jabón insecticida o de potasio en nuestra casa.
Si no se quieren utilizar insecticidas químicos os mostramos unas cuantas alternativas más ecológicas:
Plantar próximas a las plantas propensas ortiga, madreselva, lupino o dedalera.
Infusión a base de ortigas. 500 gramos de ortigas frescas y 5 litros de agua. Cubrir la mezcla con un plástico y removerla a menudo. Cuando la mezcla esté descompuesta la colaremos y dejaremos reposar 12 y 24 horas.
Pulverizar con agua jabonosa o con agua templada a presión.
La mariquita, crisopa y pequeñas avispillas son sus enemigos naturales y por ello ayudan a controlar las plagas.
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