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El escarificado es una labor muy importante para cualquier tipo de césped. Hay personas que la desconocen y otras no la hacen porque no saben cómo realizarla.
El escarificado no consiste en otra cosa más que en arañar la superficie de la tierra para romper y eliminar todo el fieltro posible. El fieltro es una capa de 1 o 2 cm de grosor que se forma con restos de raíces, tierra y restos de hojas. Esta capa es impermeable y no deja pasar ni el agua, ni el aire ni los nutrientes.
Realizando el escarificado se ayuda al suelo a absorber el agua y los nutrientes y nuestro césped crecerá más denso y más fuerte.
La mejor época para escarificar el césped es el período de vegetación del mismo, que comienza, según el emplazamiento y las condiciones meteorológicas, aproximadamente a mediados de marzo y dura hasta finales de septiembre o principios de octubre.
El momento ideal es a principios de la primavera (imprescindible en todo tipo de césped), aunque si el césped está muy pisoteado o el suelo es muy arcilloso, es recomendable realizarlo también en otoño.
Si vamos a escarificar el césped tendremos que tener algunas cosas en cuenta:
- La tierra deberá estar húmeda pero no mojada.
- No se debe escarificar la tierra de forma muy profunda para evitar la rotura de las raíces.
- Hay que arañar el terreno en la parte superficial.
- El césped deberá estar cortado, no demasiado corto (2-3 cm)
El escarificado se puede realizar:
- De forma manual, usando un escarificador manual.
La labor se realiza con un rastrillo arañando la superficie de la tierra. Se pueden encontrar en cualquier centro especializado. En jardines pequeños se puede realizar de esta forma, pero si la superficie es considerable no es recomendable, ya que es un trabajo que cansa mucho.
- Con una máquina escarificadora:
Esta máquina tiene un rodillo con unas varillas verticales que rompen la capa impermeable del césped. Se pueden comprar, pero para un jardín particular pequeño no merece la pena. También pueden alquilarse o se puede contratar a una empresa de jardinería, que todas solemos tener una.
Tanto si se hace de una forma o de otra, es necesario recoger muy bien los restos que salen.