Los muebles y todo nuestro equipamiento exterior son ahora los protagonistas y tras un largo invierno guardados (no siempre en las mejores condiciones) o lo que es peor, a la intemperie, es hora de realizarles una puesta a punto para que luzan renovados y espectaculares.
Muebles de madera
Si nuestros muebles están en perfectas condiciones y sólo han acumulado polvo, los limpiaremos con agua y jabón neutro. Si, por el contrario, necesitan algo de restauración, será necesario un lijado y una capa de barniz. También se les puede aplicar productos protectores decorativos para madera.
Si cuando los limpies descubres alguna mancha puedes frotarlos con un cepillo suave para eliminarla y si tiene asperezas limarlas con mucho cuidado para igualar la superficie. Los muebles de madera plegables tienen unas bisagras metálicas que conviene proteger de la humedad con una capa fina de vaselina, evitando así que se oxiden.
Muebles de resina
Los muebles de resina se limpian con una esponja o trapo húmedo y un poco de jabón. Hay que tener en cuenta que si se deterioran mucho y se manchan, puede que sea imposible recuperarlos, por eso es importante limpiarlos a menudo y cubrirlos cuando no se utilicen.
Muebles de fibras
Muebles de hierro o forja
Los muebles de hierro forjado que están al aire libre se deterioran mucho, tienden a oxidarse y la pintura se levanta. Para evitarlo hay que aplicarles una capa de pintura o barniz antioxidante al menos cada dos o tres años, dependiendo de la humedad del lugar.
Lonas y textiles
Eliminar las manchas en colchones, cojines y fundas de los muebles de jardín es sencillo. Si estas lonetas no son desenfundables y no se pueden lavar a máquina, primero hay que eliminar el polvo con una aspiradora. Si la etiqueta de la loneta indica que no se puede lavar, se usará un producto para limpieza en seco. Si el material es acrílico lavable, las opciones son varias. Para eliminar las manchas y los roces, se puede cepillar la tela con agua y jabón. Si es de color claro, también es posible utilizar una mezcla de agua oxigenada y agua al 50%, o un combinado de zumo de limón, bicarbonato de sodio y almidón. En todos los casos hay que hacer una primera prueba en una zona que no esté a la vista y terminar la limpieza con un buen aclarado.
Muy interesante y muy completo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
ResponderEliminarNos alegramos de que te haya gustado. Un cordial saludo.